Sunday, May 1, 2016

Triunfo de la Fe sobre los sentidos, por Frías y Escalante

Triunfo de la fe sobre los sentidos 1667
Juan Antonio de Frías y Escalante,
Óleo sobre lienzo 
113x152 cm 
Museo del Prado, Madrid

Adoración al Santísimo Sacramento, por Pepe Basto

Adoración al Santísimo Sacramento 2011
Pepe Basto
Convento de las Reparadoras
Jerez, España

Cristo Eucarístico, por Raúl Berzosa

Cristo Eucaristico 
Raúl Berzosa
Óleo sobre lienzo 
81x116 cm
Representación del sacrificio del Cuerpo y de la Sangre de Jesucristo instituido por Él mediante el sacrificio de la Cruz. La escena muestra la transubstanciación, consistente en la transformación de la hostia en la carne y del vino en la sangre de Cristo. Por ello la cabeza de Jesús queda enmarcada en un círculo, símbolo de la Sagrada Forma, la sangre del costado cae en el cáliz, símbolo de la sangre convertida en vino consagrado. Junto al cáliz, espigas de trigo y uvas, materiales con el que se realiza el sacramento de la Eucaristía.

Quien realiza la consagración en la iglesia Católica es únicamente el sacerdote, por ello una estola rodea el cuerpo de Cristo, como símbolo sacerdotal. Al mismo tiempo el humo del incienso rodea toda la pintura, es símbolo, sobre todo, de la actitud de ofrenda y sacrificio de los creyentes hacia Dios. El incienso une de algún modo a las personas con el altar, con sus dones y sobre todo con Cristo Jesús que se ofrece en sacrificio.

Esta pintura fue expuesta en el Congreso Eucarístico Internacional en Dublín (Irlanda) en junio de 2012 en la colección "Rostros de Cristo". La colección "Faces of Christ" en Francia: www.faces-of-christ-collection.com

Fuente: http://www.raulberzosa.com

La Visitación (1410), Museum of Applied Arts

Visitation 1410
Detail from Frontal
wool, linen and silk
Museum of Applied Arts, Frankfort, Germany
Esta pieza es un antipendio.

La Visitación, por Rafael

La Visitación, 1519
Rafael Sanzio
Óleo sobre tabla
Museo del Prado, Madrid


Este cuadro de Rafael recrea el pasaje bíblico de la visita de la Virgen María a su prima Isabel embarazada de san Juan. En segundo plano aparece la escena del bautismo de Jesús que tendría lugar tiempo después de manos del santo.

El cuadro fue encargado por Giovanni Branconio en nombre de su padre Mario para la capilla de su familia en la iglesia de San Silvestre de Aquila. El tema elegido se debió seguramente a la coincidencia de nombre entre la madre de Giovanni, Isabel y el suyo propio con el del bautista.

En el siglo XVII fue adquirida por Felipe IV y estuvo en El Escorial hasta su adquisición por el Museo del Prado en 1837.

Fuente: http://el-arte-de-ser-madre.blogspot.com

Huída a Egipto, por Arlene Cisneros

HUIDA A EGIPTO
Arlene Cisneros Sena
Catedral de Santa Fe, New Mexico, Estados Unidos
Se trata de uno de los seis paneles del altar 
de la capilla del Santísimo Sacramento.

Todos los Santos, por Fra Angelico

Todos los Santos (1423-24)
Fra Angelico
Pintura el temple sobre madera
31,9 x 63,5 cm 
National Gallery, Londres

Madonna in cinta, por anónimo del siglo IV

Anónimo del siglo IV 
Fresco 
Santa Maria della Neve, Italia
Esta imagen del siglo IV es la más antigua de todas las representaciones conocidas de la Virgen encinta. En posición orante, apoya sus manos en su prominente vientre. Tendrían que pasar diez siglos para que este tipo de representaciones se generalizaran en el territorio italiano de la Toscana.

María encinta, anónimo del siglo XVI

María encinta
Anónimo Siglo XVI 
Iglesia de San Pedro, Leonessa, Italia

Madonna del parto, Escuela florentina del siglo XIV

Tabla de finales del siglo XIV
Escuela florentina 
Pinacoteca Vaticana, Ciudad del Vaticano


La representación de la Virgen María encinta se popularizó en la Italia previa al Renacimiento. Esta tabla de la Escuela Florentina, sigue la estructura básica de las conocidas como Madonna del parto, con una mano apoyada en el vientre mientras que con la otra sujeta el libro, símbolo del Verbo Encarnado.

Madonna del parto, por Nardo di Cione

Madonna del parto (1346-1365)
Nardo di Cione (?-1366)
Fresco
San Lorenzo, Florencia, Italia


Representación de la Virgen encinta típica de la Italia del Cuattroccento. Nardo di Cione representó varias veces la Madonna del parto: con una mano en el vientre mientras y con la otra sosteniendo un libro símbolo del Verbo Encarnado, la palabra de Dios que está a punto de nacer en el vientre de María.

Madonna del parto, por Nardo di Cione

Madonna del Parto (1355-1360)
Nardo di Cione (?-1366)
Tabla
Museo Bandini, Fiesole, Italia


Representación de la Virgen encinta típica de la Italia del Cuattroccento. Nardo di Cione representó varias veces la Madonna del parto: con una mano en el vientre mientras y con la otra sosteniendo un libro símbolo del Verbo Encarnado, la palabra de Dios que está a punto de nacer en el vientre de María.

Fuente: http://el-arte-de-ser-madre.blogspot.com

Virgen del parto, por Piero della Francesca

Virgen del parto (1460)
Piero della Francesca (1415-1492)
Fresco
Museo de la Madonna del Parto, Monterchi, Italia
La representación del embarazo de la madre de Jesús empezó a repetirse en la Italia renacentista pero desapareció de los catálogos de arte tras el Concilio de Trento.

Esta obra muestra a la Virgen ligeramente ladeada, de pie, con la mano derecha apoyada en su abultado vientre mientras con la izquierda aguanta su espalda. La Virgen mantiene la postura flanqueada por dos ángeles que abren las cortinas y recrean la simetría tan querida y repetida por Piero della Francesca.

El pintor italiano realizó el fresco de la Virgen o Madonna del parto en siete días. La obra se mantuvo tres siglos en su escenario original, el altar mayor de la iglesia de Santa María de Nomentana. Un terremoto en 1785 destruyó la iglesia, dejando en pie solamente la pared del fresco de la Virgen del parto. Aquello convirtió la pintura en un lugar de culto y peregrinación para todas las mujeres a punto de dar a luz.

Al cabo de los años, y para preservar la obra, el fresco fue trasladado a diferentes ubicaciones hasta colocarla en el que se convirtió en 1992 en el Museo que lleva su nombre.

Madonna del parto, por Taddeo Gaddi

Madonna del parto (siglo XIV)
Autor: Taddeo Gaddi (1290-1366)
Fresco
Iglesia de San Francisco de Paula, Florencia, Italia

Taddeo Gaddi realizó esta obra en una fecha indeterminada entre 1327 y 1355. La Virgen María se representa con una mano acariciando su vientre mientras con la otra sujeta un libro, símbolo del Verbo encarnado. Conocidas como La Virgen del parto, estas representaciones empezaron a proliferar en la Italia del siglo XIV.

El fresco fue originariamente pintado en la iglesia de San Pedro Mayor en Florencia pero en 1785 fue trasladado a su ubicación actual en la iglesia de San Francisco de Paula.

Fuente: http://el-arte-de-ser-madre.blogspot.com

Virgen de la Misericordia embarazada, por Bartolomeo Vivarini

Virgen de la Misericordia embarazada (1473)
Bartolomeo Vivarini (1432-1499)
Témpera sobre tabla 
Santa Maria Foromosa, Venecia, Italia
Panel central del Tríptico de la Misericordia. La Virgen María embarazada está rodeada de ángeles. Con su manto protege a Andrea del Sole, sacerdote que encargó la obra, y otros religiosos. La representación de la Madre de Dios retratada con un manto protector se popularizó en el siglo XIV cono uno de los iconos del culto mariano, en auge en aquellos tiempos medievales.

Fuente: http://el-arte-de-ser-madre.blogspot.com

Degollación de los inocentes, según un manuscrito alemán del siglo X

Degollación de los Inocentes
Manuscrito alemán del siglo X

La Matanza de los Inocentes, de Giotto di Bonone (1267-1337)

La Matanza de los Inocentes, de Giotto di Bonone (1267-1337)

La Matanza de los Inocentes, por Pedro Pablo Rubens (1577-1640)

Matanza de los Inocentes
Pedro Pablo Rubens (1618)

Matanza de los Inocentes, de Cornelis Van Haarlem (1662-1638)

Matanza de los Inocentes, de Cornelis Van Haarlem (1590)

Matanza de los Inocentes, púlpito de la catedral de Pisa

Matanza de los Inocentes, púlpito de la catedral de Pisa

La Matanza de los Inocentes por Miguel de Verdiguier

MATANZA DE LOS INOCENTES
Miguel de Verdiguier (1706-1796)
Plumilla y aguada grisácea sobre papel verjurado
Museo de Bellas Artes de Córdoba, España

La Última Cena, Catedral de Chartres (Francia)

Catedral de Chartres (Francia)

La Institución de la Eucaristía por Nicolás Poussin (1640)

Institución de la Eucaristía (1640)
Nicolás Poussin
Óleo sobre lienzo
Museo del Louvre, París (Francia)

La Última Cena por Salvador Dalí (1955)

La Última Cena por  Salvador Dalí (1955)

Lactatio Bernardi: La lactación de san Bernardo de Claraval

Lactatio Bernardi o lactación de San Bernardo, son nombres con los que en hagiografía e historiografía del arte se conoce una escena de la vida de este santo y su iconografía, muy vinculada a la Virgo lactans (Virgen de la Leche).

VIRGEN DE LA LECHE del siglo XVI
Museo de Aveiro, Portugal
La anécdota se recoge por primera vez en uno de los exempla del Ci nous dit (1313-1330), obra anónima de un fraile mendicante: cuando el obispo de Chalon visitó Cîteaux, Bernardo, entonces un joven monje, fue encargado por el abad de predicar. Temiendo defraudarles, se puso a rezar ante una imagen de la Virgen hasta quedarse dormido. En sueños se le apareció la Virgen, que le otorgó el don de la elocuencia al ponerle en la boca leche de su propio pecho.

También aparece en el Cancionero de Úbeda (1588). Un milagro similar es reflejado anteriormente en las Cantigas de Santa María: la resurrección de un monje cisterciense tras recibir en la boca leche de la propia Virgen.

Como tema pictórico se difundió especialmente por España, desde fechas muy tempranas, puesto que la primera muestra conocida es de finales del siglo XIII: el Retablo de San Bernardo de la Capilla de los Templarios de Palma (Museo de Mallorca).

Hay cuadros sobre este tema en el Museo del Prado (Juan Correa de Vivar, 1545, Alonso Cano, 1650, y Bartolomé Esteban Murillo, 1660). En el museo parroquial de Pastrana hay un Premio lácteo a San Bernardo de Juan Carreño Miranda (1668)

— San Bernardo de Claraval: el milagro de la lactancia

San Bernardo fue un gran devoto de la Virgen. Hay dos leyendas existentes acerca de la lactancia de San Bernardo. La primera versión cuenta que María apareció en un rezo del santo y roció la leche de su pecho sobre los labios de Bernardo.Con este gesto María le mostraba que es su "madre" y que está preparada para mediar con su hijo. La segunda versión describe cómo Bernardo se duerme durante un rezo. María aparece y pone su pecho en la boca del santo para que reciba la sabiduría de Dios.

— La iconografía de la "Lactancia de San Bernardo"

Para suavizar la situación comprometida en la que la Virgen dona su leche a un adulto, la Virgen es representada a cierta distancia del santo, por lo que será necesario pintar un chorrito de flujo de la leche.

Además, el Niño está en los brazos de la Madre aunque no chupe, pero de modo que autorice " la donación de la leche " .San Bernardo está en un plano bajo (él es humano) y con las manos cercanas (el signo de rezar) o con los brazos separados (en señal de agradecimiento).

VISIÓN DE SAN BERNARDO
Bartolomé Esteban Murillo, 1655
Museo del Prado

VISIÓN DE SAN BERNARDO
Juan de Roelas, 1611

VISION DE SAN BERNARDO
Claude Mella, 1650

VISIÓN DE SAN BERNARDO
Jean Bellegambe, 1532
Universidad de Lieja

Saturday, April 30, 2016

San Antonio Abad por Francisco de Zurbarán

San Antonio Abad
por Francisco de Zurbarán (1664)
siglo XVII

Las Tentaciones de San Antonio por El Bosco

Las Tentaciones de San Antonio
Hieronymus Bosch (1450-1516)
Museo del Prado, Madrid (España)
Según los  relatos de san Atanasio y de san Jerónimo, popularizados en el siglo XIII a través de La leyenda dorada, del dominico Santiago de la Vorágine, Antonio fue reiteradamente tentado por el demonio en el desierto. Las tentaciones de san Antonio fue un tema favorito de la iconografía cristiana, representado por pintores de gran importancia.

La Transfiguración por Giovanni Bellini (1455)

GIOVANNI BELLINI, 1455.
Museo Correr, Venecia.

La Transfiguración por Giovanni Bellini (1487)

GIOVANNI BELLINI, 1487
Museo Nazionale di Capodimonte, Nápoles

San Romualdo por el beato Angelico

SAN ROMUALDO
Beato Angelico

¿No se ha preguntado Vd. alguna vez por qué el Moisés de Miguel Angel tiene cuernos?, por Luis Antequera


…los famosos cuernos que exhibe la magnífica estatua que del liberador de los judíos del yugo egipcio realiza el gran artista florentino, la cual puede Vd. admirar en Roma en la tumba de Julio II de la iglesia de San Pietro in Vincoli.

Pues bien, la respuesta es muy sencilla: porque así lo dice la Biblia, -concretamente el libro del Éxodo-, cuando narra el episodio en el que Moisés recibe las tablas de la Ley por segunda vez (porque Dios se las da dos veces), al que la Vulgata de San Jerónimo pone este colofón:

“Luego, Moisés bajó del monte Sinaí con las dos tablas del Testimonio en su mano. Al bajar, no sabía que su rostro tenía cuernos, por haber hablado con Yahvé” (Ex. 34,29).

Versículo sobre el que en la Biblia de Jerusalén, nos encontramos esta nota a pie de página:

“Los versículos 29-35 son de origen dudoso, Refieren una tradición sobre la irradiación del rostro de Moisés, expresada por el verbo qaran, derivado de queren “cuerno”, de donde la traducción literal de la Vulgata “su rostro tenía cuernos””.

De acuerdo con lo cual, la traducción que del texto hace la misma Biblia de Jerusalén, aunque separándose en ello de la Vulgata, es la siguiente:

“Luego, Moisés bajó del monte Sinaí con las dos tablas del Testimonio en su mano. Al bajar, no sabía que la piel de su rostro se había vuelto radiante, por haber hablado con Yahvé” (Ex. 34,29).

Ahora bien, no es Miguel Angel el único artista que retrata a Moisés de semejante manera. Por no ser ni siquiera es el primero. De parecida guisa lo contemplamos en las ilustraciones de la paráfrasis bíblica escrita por el monje Aelfric de Eynsham, de principios del s. XI, según algunos la representación más antigua de Moisés con cuernos, o en los famosos frescos de la iglesia Keldby, en la isla de Møn, en Dinamarca, realizados entre los siglos XIII y XV; o en las esculturas de la Cartuja (Charteuse) de Champmol, cerca de Dijon; o en la estatua que realiza Giovan Maria Morlaiter hacia 1750.

Fuente: religionenlibertad.com

Marta por Fano (dibujo)


La Virgen presentando el rosario a santo Domingo por Bartolomé Esteban Murillo, 1638

La Virgen presentando el rosario a santo Domingo (1638)
Bartolomé Esteban Murillo
Palacio episcopal de Sevilla, España

Nuestra Señora de los Dolores por José Luján Pérez. San Cristobal de la Laguna, Tenerife (España)

Nuestra Señora de los Dolores 
por José Luján Pérez. 1805
Parroquia Matriz de Ntra Sra de la Concepción
San Cristobal de la Laguna, Tenerife (España)

Ntra. Sra. de los Dolores, Grabado en seda del siglo XVIII


Ntra. Sra. de los Dolores
Grabado en seda (valenciana, España)
Siglo XVIII

San Martín de Tours entregando su capa al mendigo (dibujo)



San Martín y el Mendigo, por El Greco


San Martín y el Mendigo
Óleo sobre lienzo
193.5 × 103 cm
El Greco, 1597
National Gallery of Art
Washington D.C., USA

Cristo Rey en la liturgia y el arte cristianos, por Helena Faccia Serrano y VV.AA


En 1925, como coronación del Año Santo en que se conmemoraba el XVI centenario del Concilio de Nicea (325) –que declaró que el Hijo es "consubstancial" al Padre y que "su reino no tendrá fin", verdades ambas que pasarían a formar parte desde entonces del símbolo de la fe o Credo– el papa Pío XI introdujo en la liturgia católica una nueva fiesta: la de Cristo Rey.

La encíclica Quas primas del papa Pío XI

En la encíclica Quas primas Pío XI explicaba el sentido de esta nueva fiesta. Pensemos en los acontecimientos mundiales que ya se habían producido o que se estaban preparando en 1925:

"Los amarguísimos frutos que este alejarse de Cristo por parte de los individuos y de las naciones ha producido con tanta frecuencia y durante tanto tiempo (...) los volvemos hoy a lamentar, al ver el germen de la discordia sembrado por todas partes; encendidos entre los pueblos los odios y rivalidades que tanto retardan, todavía, el restablecimiento de la paz; las codicias desenfrenadas, que con frecuencia se esconden bajo las apariencias del bien público y del amor patrio; y, brotando de todo esto, las discordias civiles, junto con un ciego y desatado egoísmo, sólo atento a sus particulares provechos y comodidades y midiéndolo todo por ellas; destruida de raíz la paz doméstica por el olvido y la relajación de los deberes familiares; rota la unión y la estabilidad de las familias; y, en fin, sacudida y empujada a la muerte la humana sociedad".

Como respuesta a estos hechos Pío XI quiso proponer de nuevo con esta fiesta el reinado de Cristo en la historia de los hombres y en las almas:

"Nos anima, sin embargo, la dulce esperanza de que la fiesta anual de Cristo Rey, que se celebrará en seguida, impulse felizmente a la sociedad a volverse a nuestro amadísimo Salvador".

Tras recordar los fundamentos bíblicos de la realeza de Jesucristo, el papa señalaba que la liturgia entera de la Iglesia es una "perpetua alabanza a Cristo Rey".

Por unir en él –de manera hipostática– lo divino y lo humano, Cristo tiene soberanía real sobre todo ser humano, pero además:

"¿Qué cosa habrá para nosotros más dulce y suave que el pensamiento de que Cristo impera sobre nosotros, no sólo por derecho de naturaleza, sino también por derecho de conquista, adquirido a costa de la redención? Ojalá que todos los hombres, harto olvidadizos, recordasen cuánto le hemos costado a nuestro Salvador. Fuisteis rescatados no con oro o plata, que son cosas perecederas, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un Cordero Inmaculado y sin tacha. No somos, pues, ya nuestros, puesto que Cristo nos ha comprado por precio grande; hasta nuestros mismos cuerpos son miembros de Jesucristo".

Cristo, Rey del Universo

Pío XI estableció que la nueva fiesta se celebrase el último domingo de octubre, de modo que precediera a la Solemnidad de Todos los Santos. Pero en 1970, tras el Concilio Vaticano II, la fiesta fue trasladada al último domingo del año litúrgico, subrayándose de este modo su dimensión cósmica y escatológica. La fiesta se llamaría desde entonces, de Cristo Rey del Universo.

Ahora bien, Jesús rechazó ser coronado como rey, por cuanto este deseo del pueblo tenía un sentido claramente político. Sin embargo, en su diálogo con Pilatos, Jesús reconoce: "Sí, como dices soy rey" (Jn 18,37). Aunque poco antes había declarado: "Mi reino no es de este mundo" (Jn 18,36).

Benedicto XVI se preguntaba en uno de sus comentarios a la liturgia de este domingo:

"Pero, ¿en qué consiste el ´poder´ de Jesucristo Rey? No es el poder de los reyes y de los grandes de este mundo; es el poder divino de dar la vida eterna, de librar del mal, de vencer el dominio de la muerte. Es el poder del Amor, que sabe sacar el bien del mal, ablandar un corazón endurecido, llevar la paz al conflicto más violento, encender la esperanza en la oscuridad más densa. Este Reino de la gracia nunca se impone y siempre respeta nuestra libertad. Cristo vino ´para dar testimonio de la verdad´ (Jn 18,37) –como declaró ante Pilato–: quien acoge su testimonio se pone bajo su ´bandera´, según la imagen que gustaba a san Ignacio de Loyola. Por lo tanto, es necesario –esto sí– que cada conciencia elija: ¿a quién quiero seguir? ¿A Dios o al maligno? ¿La verdad o la mentira? Elegir a Cristo no garantiza el éxito según los criterios del mundo, pero asegura la paz y la alegría que sólo él puede dar. Lo demuestra, en todas las épocas, la experiencia de muchos hombres y mujeres que, en nombre de Cristo, en nombre de la verdad y de la justicia, han sabido oponerse a los halagos de los poderes terrenos con sus diversas máscaras, hasta sellar su fidelidad con el martirio".

Cristo, coronado de espinas, reina desde la Cruz

El trono de Cristo Rey es la Cruz. Él reina desde la Cruz. Como dice Benedicto XVI: "Será precisamente en la cruz donde Jesús esté a la altura de Dios, que es Amor. Allí se le puede conocer".



En el comentario antes citado, Benedicto XVI alude a la representación de Cristo en los templos cristianos:

"Queridos amigos, el camino del amor, que el Señor nos revela y nos invita a recorrer, se puede contemplar incluso en el arte cristiano. De hecho, antiguamente, ´en la configuración de los edificios sagrados [...] se hizo habitual representar en el lado oriental al Señor que regresa como rey –imagen de la esperanza–, mientras en el lado occidental estaba el Juicio final, como imagen de la responsabilidad respecto a nuestra vida" (Spe Salvi, 41): esperanza en el amor infinito de Dios y compromiso para ordenar nuestra vida según el amor de Dios".

En efecto, basta recordar un par de imágenes para entender la reflexión de Benedicto XVI. Pensemos en el célebre Pantocrátor de Tahull, situado en el ábside del templo.


De Oriente vino Jesús y desde allí ha de volver. Este es el sentido de la "orientación" de los templos cristianos. Rezar mirando a Oriente es mantener viva la esperanza en la segunda venida de Cristo.

Pero junto a esta esperanza, el arte cristiano ha colocado en el lado occidental de los templos, tanto en el interior como en el exterior, el Juicio Final, la imagen de la responsabilidad de nuestra vida, que habrá de dar cuenta a Dios: "... porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, estuve desnudo y no me vestisteis..."


                                                               Pórtico de la Catedral de Nôtre-Dame de París


Son sólo unos pocos ejemplos, pero muy significativos, de la inestimable ayuda que el arte cristiano ha prestado y puede prestar a la fe.


Concluyo con una última imagen. Escuchemos de nuevo a Benedicto XVI:

"Cuando el ángel Gabriel llevó el anuncio a María, le predijo que su Hijo heredaría el trono de David y reinaría para siempre. Y la Virgen santísima creyó antes de darlo al mundo. Sin duda se preguntó qué nuevo tipo de realeza sería la de Jesús, y lo comprendió escuchando sus palabras y sobre todo participando íntimamente en el misterio de su muerte en la cruz y de su resurrección. Pidamos a María, que está sentada, como Reina, a la derecha de Cristo Rey, que nos ayude también a nosotros a seguir a Jesús, nuestro Rey, como hizo ella, y a dar testimonio de él con toda nuestra existencia. Amén".

Fuente: religionenlibertad.com 

Monumento a Cristo Rey en Veganzones, Segovia (España)

Monumento a Cristo Rey
Veganzones, Segovia (España)

Monumento a Cristo Rey en Swiebodzin, Polonia

Monumento a Cristo Rey
Swiebodzin, Polonia

Monumento a Cristo Rey en Sahuayo de Morelos, Michoacán (México)

Monumento a Cristo Rey
Sahuayo de Morelos, Michoacán (México)